Tarta de queso La Viña, deliciosamente quemada
La cheesecake “La Viña” es famosa en el mundo entero por su característica apariencia: por fuera, está quemada. Esto, lejos de hacer que el sabor de la tarta se arruine, resulta en un contraste de sabores espectacular para un postre tan absurdamente sencillo de hacer, cuya preparación se limita exclusivamente a mezclar los ingredientes en un bol, meterlos a un molde, y hornearlo.
Para conseguir esos bordes rugosos, el truco está en arrugar el papel bien por los lados, creando huecos e incisiones. Deja que la tarta se enfríe bien una vez sacada del horno, ya que si no será imposible desencajarla del papel de horno sin destrozarla.
La tarta se debe comer a temperatura ambiente, así que si la tienes que meter a la nevera de un día a otro, sácala una hora antes de consumirla. A mi me parece que va genial con un poco de mermelada de fresa.
DIFICULTAD: FÁCIL - INGREDIENTES: FÁCIL - TIEMPO: 1 HORA Y MEDIA
TIEMPO ACTIVO: 15 MINS - CANTIDAD: 8 PORCIONES
INGREDIENTES
- TARTA DE QUESO “LA VIÑA”
670 g de queso crema
220 g de mascarpone
320 g de azúcar
6 huevos
1 yema de huevo
4 g de sal
450 ml de nata (35% de grasa o más)
8 gramos de extracto de vainilla
9 gramos de agua de azahar (opcional)
50 gramos de harina de trigo
Papel de horno
Molde de 20-23 cm
MÉTODO
- CHEESECAKE “LA VIÑA”
En un bol, añade el queso crema y el queso mascarpone. Mezcla los dos quesos con una espátula.
Añade el azúcar blanco en cuatro tandas, incorporándolo cada vez antes de añadir más. Mezcla hasta que sea cremoso y liso.
Añade los huevos y la yema de 1 en 1, incorporando cada huevo antes de añadir el siguiente.
Añade la sal, el extracto de vainilla, el agua de azahar y la nata. Mezcla.
Tamiza la harina de trigo. Mezcla con unas varillas.
Engrasa la base de un molde desmontable con mantequilla y después forra el interior con una hoja de papel de horno, arrugándolo.
Coloca una segunda con las puntas en las partes contrarias a la hoja anterior.
Transfiere la mezcla al molde, dejando 1 cm de sobra por encima.
Mete el molde a un horno precalentado a 200 grados, sin grill, durante 1 hora, o hasta que la parte superior tenga grietas y esté profundamente tostada, casi negra.
Saca la tarta del horno y déjala desinflarse 15 minutos.
Saca la tarta del molde y déjala enfriar en una rejilla, aún en el papel de horno, 2 horas.
Retira el papel de horno y disfruta.
Esta deliciosa tarta tiene dos bizcochos de chocolate y café jugosos y tiernos, praliné y crumble de avellanas caseros y cremoso de mascarpone.