Strudel de manzana, el auténtico
Hay postres, y postres, y postres, y postres. Y luego está el strudel de manzana: un favorito de las masas, querido y amado por los mayores y los pequeños. Desde esa maravillosa escena en Malditos Bastardos (Quentin Tarantino, 2009) en la que Cristoph Waltz describe tan a la perfección el ritual que es comerse un strudel con crema; tenía muchas ganas de recrearlo en casa.
La verdad es que es todo un proceso, bastante cruioso y laborioso. Estirar la masa hasta que sea prácticamente transparente es un proceso que estoy seguro que las abuelas astro-húngaras tendrían completamente dominado, pero que puede ser un reto si es la primera vez que te enfrentas a él. Sea como sea, el resultado es espectacular.
Pero hagas lo que hagas, recuerda siempre: “espera a la nata”.
DIFICULTAD: AVANZADA - INGREDIENTES: FÁCIL - TIEMPO: 2 HORAS Y MEDIA
TIEMPO ACTIVO: 45 MINUTOS - CANTIDAD: 6 RACIONES
INGREDIENTES
- MASA STRUDEL
220 g de harina de fuerza
55 g de aceite de girasol
2 claras de huevos
2 g de sal
5 g de zumo de limón
60 ml de agua templada
- STRUDEL
4 manzanas
100 g de azúcar
8 g de canela molida
4 g de jengibre molido
70 g de pasas
40 g de nueces
40 g de pan rallado
40 g de avellanas
Ralladura de 1 limón
Zumo de 1 limón
1 cucharadilla de harina
60 g de mantequilla sin sal
250 ml de nata para montar
2 cucharadas de azúcar glas
MÉTODO
- MASA STRUDEL
En un bol añade la harina de fuerza y haz un hueco en el centro. Añade en el hueco el aceite de girasol, las claras de huevo, la sal y el zumo de limón. Bate la mezcla, añade el agua templada e incorpora todos los ingredientes.
Transfiere la masa a una superficie enharinada y amásala durante 8 minutos, o hasta que sea lisa y elástica y no se pegue a la superficie. Déjala reposar en un bol enharinado media hora, cubierta con un trapo húmedo.
- STRUDEL DE MANZANA
Pela las manzanas. Separa la carne del corazón y después córtalas en rodajas finas.
Transifere la manzana a un bol junto a el azúcar blanco y el moreno, las pasas, la ralladura de limón, el zumo, el jengibre y la canela.
Remueve todo, añade la harina, continúa mezclando, y después déjalo reposar 30 minutos.
Tritura las nueces, el pan rallado y la avellana hasta que formen una tierra.
Extiende una tela de mínimo 50x60 en una mesa. Enharínala, pon la masa encima, enharínala también y comienza a estirarla con un rodillo, hasta que tengas un círculo de unos 28 cm de diámetro.
Enharínate las manos y, sosteniendo la masa con los nudillos, deja que se estire con su propio peso, girándola con cuidado.
Coloca la masa de nuevo sobre la tela y continua estirándola con delicadeza, dándole forma de rectángulo (aprox. 40x70cm)
Derrite 60 g de mantequilla sin sal y embadurna toda la superficie de la masa.
Recorta los bordes del rectángulo y espolvorea la mezcla de avellanas, nueces y pan rallado equitativamente por toda la superficie.
Coloca el relleno en uno de los extremos, dejando 3 cm de masa de borde. Estira ese sobrante por encima de la masa y comienza a enrollar el strudel ayudándote de la tela.
Embadurna con mantequilla la parte superior y vuelve a enrollar. Repite hasta que no quede masa.
Corta la masa sobrante y los extremos, y transfiere el strudel a una bandeja de horno cubierta con papel vegetal.
Barnízalo con una mezcla de huevo con un chorrito de agua y mételo a un horno a 180 grados, solo calor por abajo, durante 20 minutos.
Sácalo, barnízalo con mantequilla derretida, y devuélvelo al horno. Repite el barnizado de mantequilla cada 10 minutos dos veces más, o hasta que el strudel haya estado un total de 50 minutos en el horno o tenga un color dorado profundo.
Transfiere el strudel a una rejilla y déjalo enfriar hasta que esté templado.
Monta la nata con el azúcar y resérvala en la nevera.
Corta el strudel y sírvelo en un plato con nata montada al lado.